Asco:
Asquerosa la actitud del presidente del senado Juan Manuel Corzo. Sale con su sonrisa de hijueputica a defender su actuación y la de su cofradía. Es un gesto típico de cualquier político y si nosotros somos tan pendejos de comerle el cuento es por que nos merecemos que nos siga robando y cobrandonos por robarnos.
Insulto:
La palma se la lleva el presidente de la cámara de representantes Simón Gaviria, ahora apodado Simón al Bobito. Pero Simoncito de bobo no tiene nada. Le salió perfecta la jugada. Desde hace año y medio conoce el texto de la reforma y a ultima hora se le pega a la estrategia de Santos y hace como si acabara de enterarse de algo terrible. No contento con esa farsa dedica el noticiero de la cámara a autoproclamarse enemigo de la reforma y quiere meternos el cuentaso de que "lidera el movimiento que ha hundido la reforma". Este si salió más pintado que el papá. Es como el ladrón que atrapan robándose un carro y dice primero que no se había dado cuenta de que ese no es su carro para después salir con que no se lo está robando sino que lo quiere guardar para que nadie se lo robe. Usar los medios del gobierno para no solo limpiar, sino enaltecer la imagen propia de verdad es todo un insulto.
